Muchos de estos pacientes pueden tener un
tratamiento y controlar el tipo de TOC que padecen para tener una vida mas
tranquila y más cómoda para ellos . Los tratamientos que más se emplean hoy en
día son los siguientes:
- Psicofármacos
Diversas pruebas clínicas han demostrado
que aquellos medicamentos que afectan al neurotransmisor serotonina pueden
reducir significativamente los síntomas del TOC. El primer psicofármaco
aprobado para el tratamiento del TOC, fue el antidepresivo tricíclico
clomipramina.
Los psicofármacos de segunda generación,
que son más los utilizados hoy en día, se llaman Inhibidores Selectivos de la
Recaptación de Serotonina (ISRS). Algunos de ellos son fuoxetina[ fluvoxamina
y paroxetina. Otro que ha sido estudiado en pruebas clínicas controladas es
sertralina.[ Recientemente
se ha empezando a emplear fármacos duales denominados IRSN, como la
venlafaxina, y específicos como la mirtazapina (Nassa), que serían eficaces
para tratar tanto el TOC como la depresión asociada, en casos específicos y
sobre todo cuando la monoterapia con ISRS se mostrara ineficaz.
Estudios extensos han demostrado que estos
medicamentos favorecen, al menos ligeramente, a casi el 80% de los pacientes. Y
en más de la mitad de los casos, la medicación alivia los síntomas del TOC al
disminuir la frecuencia e intensidad de las obsesiones y compulsiones. La mejoría
por lo general lleva dos semanas o más.
- Psicoterapia conductual (Exposición con Prevención de Respuesta, EPR)
Un método específico psicológico llamado Exposición
y Prevención de Respuesta (EPR) es efectivo para muchas personas con TOC,
especialmente en aquellas con rituales conductistas. Mediante este método el
paciente se enfrenta, deliberada o voluntariamente, al objeto o idea temida, ya
sea directamente o con la imaginación. Al mismo tiempo, el paciente es alentado
a evitar sus rituales con apoyo y medios provistos por el terapeuta, y
posiblemente por otros que el paciente reclute para asistirle.
El tratamiento se empieza por una
compulsión que provoque poca ansiedad en el paciente, y una vez superada ésta,
se pasa a la siguiente, y así paso por paso, guiado por la habilidad del
paciente a tolerar ansiedad y controlar los rituales. A medida que progresa el
tratamiento, la mayoría de los pacientes gradualmente sienten menos ansiedad
causada por los pensamientos obsesivos y pueden resistir los impulsos
compulsivos.
Los estudios realizados y la práctica
diaria demuestran que la EPR es una terapia muy exitosa para la mayoría de los
pacientes que la completan. Para que el tratamiento sea exitoso, es importante
que el terapeuta esté totalmente capacitado para dirigir este tipo específico
de terapia. También es útil que el paciente esté muy motivado y tenga una
actitud positiva y determinada.
Los efectos positivos de la EPR perduran
una vez que el tratamiento ha terminado. Un estudio realizado en 1996 indicó
que de más de 300 pacientes con TOC que fueron tratados con EPR, un 76% todavía
mostraba un aligeramiento significativo en el lapso comprendido entre los 3
meses y los 6 años posteriores al tratamiento (Foa y Kozak, 1996). Otro estudio
encontró que el incorporar componentes de prevención de recaída en el programa
de tratamiento, junto con sesiones de seguimiento después de terapia intensiva,
contribuye al mantenimiento de la mejoría (Hiss, Foa y Kozak, 1994).
La búsqueda continua de causas, junto con
investigaciones acerca del tratamiento, promete producir aún más esperanzas
para personas con T.O.C. y sus familias.
- Psicoterapia
cognitiva
Las obsesiones son pensamientos, fantasías
o impulsos intrusivos que tienen que ver con estar en peligro o ser agresivo.
Otras veces son sensaciones de que algo "malo" va a pasar o de que el
malestar no se acabará nunca. En cualquier caso, cuando aparecen en la mente,
el paciente trata de darles una explicación, de evitarlas o de anularlas
siguiendo algún procedimiento que le calme (lo que llamamos compulsiones).
La terapia cognitiva parte de la idea de
que los pensamientos, fantasías o impulsos que invaden la mente no son el
problema en sí mismo, ya que todo el mundo los experimenta en algún momento,
sobre todo cuando está tenso por algún motivo. El problema aparece cuando el
paciente valora como peligrosa la aparición de estos fenómenos en su mente y se
siente responsable de lo que ocurra, momento en el que trata de hacer algo que
le permita sentirse seguro y no responsable de lo que pase.
Mediante experimentos que el terapeuta
diseña para el paciente, se pone a prueba ideas destructivas sobre el poder de
los pensamientos, la culpa, la búsqueda de seguridad absoluta, la tendencia al
catastrofismo, el perfeccionismo, el autocastigo y la intolerancia al malestar.
Esto permite que el paciente no reaccione con la angustia de antes,
consiguiendo que las obsesiones y las compulsiones vayan desapareciendo
progresivamente.
- Psicoterapia de orientación psicoanalítica
El abordaje psicoanalítico es una de las
opciones que existen para tratar el TOC. Para esta clase de terapia, el énfasis
está puesto en indagar el origen de las ideas obsesivas y las repeticiones
compulsivas por medio de las asociaciones propias del paciente, para luego
interpretar los mecanismos psíquicos inconscientes que están involucrados en la
formación de los síntomas, las ideas obsesivas y las repeticiones compulsivas.
Freud analizó un caso emblemático de un
paciente que presentaba un cuadro que él llamó de "neurosis
obsesiva", denominado El hombre de las ratas. En este caso se veía que sus compulsiones y
obsesiones tenían elementos que se repetían a nivel inconsciente desde la
homofonía de palabras o de situaciones relacionadas a la historia familiar del
individuo. En el famoso caso de Freud publicado como A
propósito de un caso de neurosis obsesiva se encuentra el análisis
y la solución de una serie de síntomas obsesivos de carácter grave.
En la época de su fundación, la posición
del psicoanálisis frente a las patologías neuróticas en general y a la neurosis
obsesiva en particular constituyó una innovación importante. La teoría
freudiana instaló por primera vez el supuesto básico de la "causalidad
psíquica" del conflicto inconsciente, en donde el sujeto, en este caso
neurótico obsesivo, genera síntomas como satisfacciones sustitutivas a los
deseos reprimidos.
El yo del neurótico queda avasallado por
el conflicto inconsciente entre los mandatos y las reglamentaciones superyoicas
y los deseos inconscientes provenientes del ello. De esta forma, las mociones
de deseo inconsciente sólo pueden aflorar mediante formaciones de compromiso,
que son las que se expresan en los síntomas obsesivos.
Según lo afirma la Asociación
Estadounidense de Psiquiatría el tratamiento psicoanalítico no demuestra
eficacia en el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo, alegando además
la existencia de una falta de evidencia por parte de la terapia psicodinámica o
el psicoanálisis, lo que la lleva a no considerarla efectiva para tratar el
TOC.
Sin embargo hay algunos casos de neurosis
obsesiva tratados con éxito con terapia psicoanalítica.